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Ser líder en la crisis

Estas últimas semanas nos hemos visto afectados por el Coronavirus "COVID-19" y seguramente es lo único que has estado viendo y escuchando en todos los medios. Esta situación representa un reto para todos, sin dejar de lado a aquellas personas que tienen una posición de liderazgo. 

Ser un líder va mucho más allá de simplemente dar órdenes y regresar a ver resultados. Un buen líder es aquel que actúa con empatía, que se preocupa por sus trabajadores y la gente que lo rodea. Un buen dirigente entiende qué es lo que los demás quieren y qué es mejor para ellos, pues tiene claro que, si los integrantes se sienten cómodos y seguros, el producto final será mucho mejor. 

Si eres la cabeza de una organización, debes aceptar que formas parte de un equipo. Aunque al final el líder es quién toma las decisiones, debe considerar y escuchar la opinión de quiénes lo acompañan y en gran medida hacen que el trabajo en la organización suceda. 

La seguridad psicológica del equipo es algo que muchas veces se deja de lado. Es necesario transmitir confianza a las personas, pues es base fundamental para que una organización funcione: que el personal sienta la libertad de expresar su opinión y que "con los ojos cerrados" acepte la decisión de la autoridad, pues estará seguro que éste consideró las opiniones de los demás y, sobretodo, que eligió aquello que beneficia a todos. 

Particularmente en un momento de crisis, un buen líder debe tener la capacidad de: 

Evaluar la situación desde diferentes puntos de vista

Anticipar qué podría pasar.

Actuar.

1. Evalúa la situación

Hoy más que nunca sabemos que hay muchas situaciones que no podemos anticipar ni prevenir, y que no nos queda más que aceptar la situación y buscar la manera de salir adelante, siempre pensando en el bienestar de todos los integrantes de la organización y en la de uno mismo.

Evalúa cuál es el reto al que se enfrentan y busca verlo con perspectiva; a veces es simplemente un cambio en el enfoque lo que nos permite ver con mayor objetividad y certeza.

2. Anticipa qué podría pasar

Una vez evaluada la situación, piensa en los diferentes escenarios que pueden surgir de la nueva realidad. Intenta pensar con objetividad y no caer en la desesperanza, ya que puedes transmitir a tu equipo ese sentimiento, generando así un círculo vicioso de pesimismo, que se traduce en la ansiedad y depresión de los colaboradores.

3. Actúa

Define acciones concretas de acuerdo con las circunstancias y a los escenarios futuros realistas. Las acciones deben llevarse a cabo siempre con optimismo, transmitiendo confianza a los demás, pero también con REALISMO. Responde a las siguientes preguntas para guiar tus decisiones: 

  1. ¿Qué puedo prometer?
  2. ¿Qué puedo hacer?
  3. ¿Qué NO puedo hacer?
  4. ¿Cómo puedo llevarlo a cabo?

Estar al frente de una organización definitivamente no es tarea sencilla, sin embargo se debe estar bien preparado. Por eso, un buen trabajo de los líderes puede hacer la diferencia.

Estos días de trabajo desde casa, viendo noticias y escuchando familiares y amigos, me di cuenta que no siempre estamos preparados para enfrentar estas situaciones, pero que siempre tenemos la oportunidad de mejorar. Aunque existen muchas dudas y preocupaciones, saber que no estamos solos ha sido, hasta cierto punto, un tranquilizante. El líder tiene una tarea muy grande pero crucial, pues si éste se nutre de conocimiento, empatía y trabajo en equipo, los resultados podrán ser muy positivos. 

Todos somos parte de esta gran organización llamada México, así que, mientras las autoridades hacen su trabajo, nosotros también debemos hacer el nuestro y JUNTOS podremos salir adelante. 

Ahora cuéntanos, ¿cómo estás actuando ante este nuevo reto? 

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