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Prosperidad para México

Todos hablamos ahora del COVID-19; las noticias y nuestras conversaciones sólo giran en torno a ese tema: las novedades, los cuidados y nuestra vida aislados socialmente. Todo esto además acompañado de las crisis en los mercados, los precios en el petróleo y, en el caso de México, el sentimiento de una falta de liderazgo frente a una problemática de semejante tamaño. En este contexto, las consecuencias que se avecinan para tantas familias y el espiral de pobreza que se puede crear nos entristece. 

Tenemos los ingredientes clave para crear prosperidad. 

En medio de este ambiente de desesperanza y a la vez mucha impotencia por lo que no se puede cambiar, quise también ponerme otros lentes frente a la situación. Recordé la riqueza de nuestro país, con su gran diversidad de recursos naturales, de cultura y de gente maravillosa. Con ese humor que nos caracteriza (sobretodo en los malos ratos) y con lo solidarios que sabemos ser. Creo que tenemos ingredientes clave para crear prosperidad. 

Coincidentemente, cuando comenzó el año decidí leer un libro que se llama La Paradoja de la Prosperidad. Los autores de este libro sostienen que el desarrollo y la prosperidad sólo se pueden lograr cuando desarrollamos innovaciones que llevan a la sociedad lo que esta necesita para vivir mejor; estas innovaciones crean mercados que antes no existían. 

El desarrollo y la prosperidad sólo se pueden lograr cuando desarrollamos innovaciones que llevan a la sociedad lo que esta necesita para vivir mejor.

Les doy un ejemplo: la máquina de coser. Isaac Singer tuvo la capacidad de comprender que un máquina de coser simple y menos cara iba a cambiar la vida de muchas familias, por lo que creó una que, con algunas modificaciones técnicas, cualquier persona no calificada podría usar. Quizás hoy no medimos su aportación, pero esto cambió el rumbo de millones de familias y economías completas. Las personas podían ahora hacer su ropa en casa gracias a que también se crearon empresas que vendían patrones para hacerla, podían participar en cadenas de producción de ropa, entre muchas otras cosas. Esta "pequeña" innovación tuvo como consecuencia hasta el nacimiento de toda una nueva industria: la de la moda.

Quizás es un momento en el que nos toca pensar como Singer. Personas como él son aquellos capaces de imaginar un mundo diferente y lleno de posibilidades que otros no ven. Creo que todos podemos comenzar poniéndonos otros lentes frente a la realidad para valorar todo lo que sí tenemos en México (que es mucho) y crear las oportunidades para generar prosperidad.

Que este tiempo de quedarnos en casa sirva para recordar que somos un país rico y que la creatividad que tanto usamos para disfrutar la vida puede ser el motor para la prosperidad que anhelamos.

*La Paradoja de la Prosperidad: su principal autor, Clayton M. Christensen era un profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Harvard y famoso por desarrollar la teoría de la innovación disruptiva. Falleció el pasado mes de enero pero ha dejado un gran legado. 

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Martha González Arce. /

Me parece que es muy buena idea.